¡Atención, señoras! (1934) es una comedia dirigida por
Frank Tuttle. De este realizador destaca una de las comedias más divertidas del viejo Hollywood:
Escándalos romanos (1934), con el genial Eddie Cantor. No puedo dejar de señalar la historia personal de Tuttle: fue comunista y por ello estuvo en la lista negra del Comité de Actividades Antiamericanas; cuando se puso en marcha la
Caza de Brujas (a finales de la década de 1940), tuvo que abandonar los EEUU, al no conseguir trabajo allí, e irse a Francia a rodar películas. Volviendo a la comedia ligera que tratamos hoy, nos encontramos con el simpático actor
Edward Everett Horton (que recordarás por
Vivir para gozar, 1938), a la encantadora
Frances Drake (interpretando a la operadora telefonista de un edificio, un oficio que hace mucho que desapareció) y al joven
Cary Grant, que mostraba ya sus dotes de seducción. Todos sabemos que por entonces eran Gary Cooper y Clark Gable las grandes estrellas de la pantalla y a Cary Grant sólo le llegaban papeles de segunda, aún no había protagonizado ninguna de sus grandes películas. El largometraje fue producido por la Paramount Pictures Corporation y tiene una duración aproximada de 60 minutos.
Cary Grant con la actriz Nydia Westman.
La trama de la película, como acostumbran las comedias románticas de enredos, mezcla algunos personajes en disparatadas aventurillas: la telefonista de un gran edificio de París se enamora de un hombre de negocios al que sólo conoce por su voz a través del teléfono. Cuando ella descubre que la actual novia de él forma parte de un plan para estafarle en un asunto de derechos que él posee sobre unos minerales, diseña un plan para salvarle y descubrir a los estafadores. Mientras, el atractivo comerciante mantiene una serie de ligues con tres mujeres, a cual más diferente (interpretadas por las citadas: Nydia Westman y Frances Drake, a las que se junta la exótica Rosita Moreno). La película transcurre en un plis-plas y se hace muy corta.
Cary Grant y Edward Everett Horton.
Arriba vemos una
lobby card de
Ladies should listen; se llamaban así porque eran tarjetas con fotos que promocionaban las películas en los pasillos y vestíbulos de las salas de cine.
A lobby significa un vestíbulo o pasillo. La actriz que sonríe junto a Grant es
Frances Drake.
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El de arriba es el mejor libro sobre Cary Grant que puedas encontrar en el mercado. Su autor, Lluís Bonet Mijica, es un gran admirador del actor.
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